Mónica Gutiérrez abrió el programa con un tema de la vida del político ya repetido en muchos medios: la situación límite en la que se encontró al querer quitarse la vida, situación que, tal como contó el candidato a diputado de la provincia de Buenos Aires, constituye una dura experiencia de vida. Y agregó al respecto: “Quienes llegamos a la política y quienes hacen una buena política, tenemos una responsabilidad para quienes nos pueden elegir. Y es mostrarnos como somos, con nuestras historias y cicatrices de vida, con nuestras ilusiones y sueños”.
Dejando de lado la vida personal y adentrándose en la vida pública De Narváez habló de dos etapas de su carrera como político. A principios del 2001, a raíz de la crisis que atravesaba el país, Macri lo convocó para conformar un frente. De esta manera, comenzó a trabajar para la política haciendo planes de gobierno, para lo cual articuló distintas vocaciones y conformó equipos para hacer transformaciones. Pero en el 2005 decidió dejar de trabajar para la política e ingresar en la misma.
La campaña electoral atraviesa hoy en día la duda acerca de si la Unión Pro es peronista. Al respecto de Narváez dijo que en su partido hay peronistas pero también hay otras fuerzas políticas, y sostuvo que la cuestión de peronizar o desperonizar es parte de lo que están tratando de instalar las otras dos fuerzas políticas: por un lado el Oficialismo y, por otro, la Coalición Cívica y Social. “Detrás de esto hay una estrategia que intenta mostrar una desavenencia interna dentro del Pro, que en realidad no está”, agregó De Narváez sobre el tema. También sostuvo que “Estamos frente a una campaña aburrida y chata, en donde todo pasa por quién le dijo qué a quién y quién descalificó más fuerte a otro”. Y continuó remarcando la necesidad de los políticos de no prestarse a una permanente búsqueda de los adversarios políticos, “que son eso, no son nuestros enemigos”, añadió.
Llegando al final del programa, el candidato a diputado dijo que la Unión Pro está empatando en la provincia de Buenos Aires, en donde gran parte del electorado es peronista. Habló de la necesidad de un gobierno que no sea de amigos ni de favores, sino que esté en defensa de los derechos del ciudadano. “La política tiene que ver con plantear una idea de país. Y si Los Kirchner dicen que no se puede gobernar sin mayoría es por que no tienen ideas”, afirmó. Atacó más explícitamente a la oposición al asemejar el modelo de Néstor Kirchner al de Chávez y justificó esto diciendo que Kirchner se cree dueño de la economía y que dispone del Estado y de toda la articulación que el poder le confiere para hacer la política “a piacere”. De Narváez, en cambio, quiere que el pueblo crea que la Unión Pro pretende un Estado que regule inteligentemente y que garantice las condiciones básicas que, según lo que estableció el mismo, tienen que ver con la seguridad, la educación y la salud, pero también con la independencia de la justicia y de los medios de información. Asimismo planteó que el Estado debe defender el capital nacional y sostuvo que “el campo es una parte importantísima de este capital y por ende hay que ayudarlo y darle estabilidad, en vez de pelear con él”.
La intención de Francisco De Narváez es dejar una huella en la vida pública, el día que decida retirarse. Se dice portavoz de aquellos que quieren un país en el que todos los argentinos puedan comer, en el que jubilarse no sea una “condena” y en el que haya trabajo para los jóvenes.
Dejando de lado la vida personal y adentrándose en la vida pública De Narváez habló de dos etapas de su carrera como político. A principios del 2001, a raíz de la crisis que atravesaba el país, Macri lo convocó para conformar un frente. De esta manera, comenzó a trabajar para la política haciendo planes de gobierno, para lo cual articuló distintas vocaciones y conformó equipos para hacer transformaciones. Pero en el 2005 decidió dejar de trabajar para la política e ingresar en la misma.
La campaña electoral atraviesa hoy en día la duda acerca de si la Unión Pro es peronista. Al respecto de Narváez dijo que en su partido hay peronistas pero también hay otras fuerzas políticas, y sostuvo que la cuestión de peronizar o desperonizar es parte de lo que están tratando de instalar las otras dos fuerzas políticas: por un lado el Oficialismo y, por otro, la Coalición Cívica y Social. “Detrás de esto hay una estrategia que intenta mostrar una desavenencia interna dentro del Pro, que en realidad no está”, agregó De Narváez sobre el tema. También sostuvo que “Estamos frente a una campaña aburrida y chata, en donde todo pasa por quién le dijo qué a quién y quién descalificó más fuerte a otro”. Y continuó remarcando la necesidad de los políticos de no prestarse a una permanente búsqueda de los adversarios políticos, “que son eso, no son nuestros enemigos”, añadió.
Llegando al final del programa, el candidato a diputado dijo que la Unión Pro está empatando en la provincia de Buenos Aires, en donde gran parte del electorado es peronista. Habló de la necesidad de un gobierno que no sea de amigos ni de favores, sino que esté en defensa de los derechos del ciudadano. “La política tiene que ver con plantear una idea de país. Y si Los Kirchner dicen que no se puede gobernar sin mayoría es por que no tienen ideas”, afirmó. Atacó más explícitamente a la oposición al asemejar el modelo de Néstor Kirchner al de Chávez y justificó esto diciendo que Kirchner se cree dueño de la economía y que dispone del Estado y de toda la articulación que el poder le confiere para hacer la política “a piacere”. De Narváez, en cambio, quiere que el pueblo crea que la Unión Pro pretende un Estado que regule inteligentemente y que garantice las condiciones básicas que, según lo que estableció el mismo, tienen que ver con la seguridad, la educación y la salud, pero también con la independencia de la justicia y de los medios de información. Asimismo planteó que el Estado debe defender el capital nacional y sostuvo que “el campo es una parte importantísima de este capital y por ende hay que ayudarlo y darle estabilidad, en vez de pelear con él”.
La intención de Francisco De Narváez es dejar una huella en la vida pública, el día que decida retirarse. Se dice portavoz de aquellos que quieren un país en el que todos los argentinos puedan comer, en el que jubilarse no sea una “condena” y en el que haya trabajo para los jóvenes.
Florencia Barea
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