sábado, 30 de mayo de 2009

La millonaria campaña del Pro

Una de las campañas más llamativas e interesantes de las próximas elecciones es la de Unión Pro. Cientos de carteles en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires y las calles de la provincia muestran a un Francisco de Narváez protagonista de un despliegue millonario que pone en juego el futuro del partido.
Sólo entre enero y abril de este año, el candida
to de Unión Pro acaparó el 77% de los gastos que hicieron en cartelería todos los políticos en la Capital y el Gran Buenos Aires. Según cálculos del mercado, sólo por los carteles gigantes ubicados en la autopista Buenos Aires-La Plata, De Narváez invierte alrededor de $ 100.000 al mes. Sumado a esto, el candidato vuelca en la campaña una estructura que es el sueño de cualquier político: en su búnker del barrio porteño de Las Cañitas, cuenta con un equipo de 120 asesores, tres sitios de Internet y un 0800 que funciona las 24 horas, una cuenta en Facebook y Twitter -para relacionarse con su público más joven-, y un estudio donde graba todos los spots publicitarios.

En el Pro destacan que habían empezado a prestarle mucha atención a la web en 2007. En total, tienen un equipo de alrededor de 15 colaboradores para mantener los sitios y perfiles de campaña (distintos de los del Gobierno porteño, que tiene otro equipo); en su mayoría son "jóvenes Pro”.
De Narváez es el único que recurrió a los medios audiovisuales para promocionar su imagen. En sus publicidades, en las que evita pedir el voto en forma expresa, se presenta como un candidato cercano a la gente, amistoso y dispuesto a trabajar por lo que los vecinos necesitan. Les habla a los futuros votantes de igual a igual, mostrándose como un ciudadano más. Él te mira a los ojos, te habla, te cuenta su historia y sus proyectos. Su objetivo es hacer sentir al televidente como candidato, como protagonista del cambio que pregona. “Hay alguien nuevo en la política. Vos”, predica De Narváez.
En otra de las publicidades podemos ver diferentes imágenes en las que se ven a Macri, Michetti y De Narváez. Hay planos de donde los tres dirigentes pronuncian -por separado- los ejes de la campaña mirando a cámara y el spot finaliza con la frase “Francisco más Mauricio más Gabriela, igual, vos”. La ausencia de los apellidos no es un detalle menor si se quiere analizar la estrategia publicitaria. Otro dato curioso del spot tiene que ver con la ausencia de la otra figura de la sociedad política, Felipe Solá.

Solá, disconforme

En el programa de TN Palabras más palabras menos, Felipe Solá confesó: “Yo pienso que necesitamos hacer correcciones en la campaña, redefiniciones de quiénes somos y a qué vamos. Se supone que lo vamos a hablar en estas horas.
(…) Yo le agregué más peronismo al Pro. La gente necesita votar por alguien que tenga color peronista y no tienen ninguna opción. Hicieron una campaña light. Aconsejados por profesionales que siempre ponen su opinión pero nunca ponen el cuerpo en la calle, que no conocen la provincia de Buenos Aires, que no tienen en cuenta la historia cultural. Por lo tanto, hay errores que hay que cambiar. La provincia de Buenos Aires es profundamente peronista, lo exprese como kirchenrismo o anti kirchnerismo. Se lo dije a De Narváez y él me dijo que tenía razón.”

Otra táctica para seducir votantes y avanzar casilleros en la carrera electoral utilizada por varios de los partidos políticos consiste en recorrer los barrios, hacer actos públicos e inauguraciones con el fin de “humanizar” al candidato. De esta manera, las figuras de Unión Pro pretenden acercarse a los vecinos, exponerse como personajes reales y accesibles. Sin embargo, estas situaciones que parecen ser espontáneas están preparadas hasta en los más ínfimos detalles por los equipos de campaña. Algunos desparraman militantes en las esquinas, acercan cuidadosamente a los curiosos, evitan situaciones incómodas y apuran a los camarógrafos para que inmortalicen besos y abrazos. El resultado está a la vista. "Estas salidas le otorgan verosimilitud a la campaña que vos puedas hacer en los medios", aseguró el jefe proselitista de Pro en la Capital, Martín Borrelli. "Si decís que tus candidatos salen a la calle, que son gente como vos, pero nunca los viste fuera de un set de televisión, no es creíble", justificó.

Luisina Trinca

viernes, 22 de mayo de 2009

Perfiles - Felipe Solá

Felipe Solá nació en Alberti, Provincia de Buenos Aires, el 23 de julio de 1950. Es ingeniero agrónomo recibido en la Universidad de Buenos Aires. En sus primeros años como profesional, antes de dedicarse a la política, trabajó en la enseñanza y en la consultoría privada.
Su primer cargo como político lo asumió durante el gobierno de Antonio Cafiero en la provincia de Buenos Aires: fue ministro de Asuntos Agrarios, cargo que abandonó prematuramente en 1989 para ocupar la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación hasta 1991, pero retomaría el puesto en 1993, durante el primer gobierno de Carlos Menem. En el medio de los dos mandatos en Agricultura, Solá fue electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
Ya en 1999 fue elegido vicegobernador de la provincia, acompañando en la fórmula al gobernador Carlos Ruckauf. Sin embargo, tres años después, en medio de la crisis que provocó la salida de Fernando de la Rúa de la presidencia de la Nación, Solá tuvo que hacerse cargo de la gobernación debido a que Ruckauf renunció a su puesto para asumir como Ministro de Relaciones Exteriores, convocado por Eduardo Duhalde, quien accedió a la presidencia.
Luego de permanecer en el cargo un año y medio, fue reelecto en 2003. Sin embargo, en 2005 rompió relaciones con Duhalde, uno de los principales impulsores de su reelección en la provincia. El encargado de organizar la ruptura del duhaldismo fue Florencio Randazzo, por entonces jefe de Gabinete de Ministros del Gobierno bonaerense. Tiempo después generó la ruptura entre Duhalde y Néstor Kirchner, por entonces presidente de la República, apoyando al Frente por la Victoria (el partido de Kirchner) en las elecciones legislativas de ese año.


Kirchner veía en Solá un posible rival en las elecciones futuras, mientras que el entonces Gobernador de Buenos Aires encontraba en el Presidente una enorme posibilidad de crecimiento. Tal es así que, a fines de 2006, cuando Solá quiso ser reelegido en la provincia, como necesitaba una definición de la justicia que le permitiera la reelección –se trataba del tercer mandato, con la diferencia de que en el primero había reemplazado a Ruckauf– Kirchner le recomendó bajarse.
En diciembre de 2007, ya finalizado su mandato en la provincia, fue elegido nuevamente diputado de la Nación. El kirchnerismo le ofreció ser el embajador de París, pero Solá interpretó acertadamente que lo estaban apartando del medio. Tiempo después, fue protagonista en la votación por las retenciones del sector agrario, en medio del conflicto con el campo. Mientras, Randazzo se quedó con Kirchner para ser el Ministro de Interior de Cristina.

El 17 de julio de 2008, cuando se aprobó el proyecto de ley de Retenciones Móviles, Solá votó en contra y fue amenazado e increpado por un diputado kirchnerista (Carlos Kunkel) que lo acusó de traición. De esta manera, rompió relaciones con el kirchnerismo y se distanció del gobierno.
Finalmente, el 11 de mayo de 2009 renunció a su banca –que finalizaba en 2011– para postularse como candidato al mismo puesto, pero esta vez con la Unión-Pro, frente formado de la alianza con Francisco de Narváez y Mauricio Macri. Además, retiró la candidatura de su esposa, María Helena Chaves, por los “cuestionamientos que genera” su postulación a diputada provincial por la Sexta Sección electoral.

Gastón Bourdieu